Se piensa que el cafeto (la planta del café) es originario del continente africano, específicamente de una provincia llamada Kafa ubicada al sudoeste de Etiopía. No obstante, la cuestión aún es un misterio…
Pero… ¿Cómo y cuándo llegó este producto a México?
De acuerdo con registros históricos sobre el café, se dice que la planta del café (el cafeto) llegó a México alrededor del año 1740. Se piensa que las primeras plantas de la especie arábiga o arábica recorrieron diversos países antes de llegar a México. Se habla entonces, de que antes de pisar tierras mexicanas, las plantas viajaron de la isla Martinica hacia Jamaica, Haití, República Dominicana y Cuba para después a travesar el mar Caribe y llegar a las costas del Golfo de México.
Así, los primeros cafetos llegaron a México a través del Puerto de Veracruz, el cual, durante la época colonial española, fue la ruta comercial más importante entre el Viejo Mundo y el Nuevo. De acuerdo con el autor William Ukers en All About Coffee, los primeros cafetos fueron plantados en la región de Coatepec Veracruz alrededor de 1808, y en muy poco tiempo, éstos se expandieron por toda la zona. De esta forma, y siguiendo la pista del café, se considera que luego de extenderse en el territorio Veracruzano, el café se propagó hacia entidades contiguas como Puebla, Hidalgo, San Luis Potosí, hasta llegar al estado de Guerrero. Fue así, que aprovechando la riqueza de las tierras y las condiciones climatológicas propicias para las plantaciones de los cafetos surgieron las regiones cafetaleras del país que hoy en día conocemos.
Adicionalmente, se habla también de otras rutas de acceso de este producto. Una de ellas ocurrió alrededor de 1831 en el estado de Michoacán y se atribuye a los viajes realizados a Tierra Santa por el General del ejército Insurgente José Mariano Michelena, quien trajo consigo plantas originarias de una ciudad árabe llamada Moca situada en la costa del mar rojo; posteriormente, estas plantas fueron introducidas en los estados de Jalisco y Colima.
Se considera que otra ruta de ingreso de esta planta sucedió aproximadamente 10 años después en el estado de Chiapas, aproximadamente en 1846 gracias a Gerónimo Manchinelli, un italiano que introdujo cafetos desde Guatemala a su hacienda. Asimismo, algunos años más tarde, una comunidad de alemanes migró de Guatemala hacia la región del Soconusco de ese mismo estado, en la búsqueda de tierras idóneas para la siembra de cafetos, llevando con ellos tecnología que favorecería la consolidación de la producción de café en la zona.
Asimismo, después de la segunda mitad del S.XIX, el café llegó al estado de Oaxaca como una alternativa de vida para los pobladores ante el descenso de la producción de la grana cochinilla, el cual, fue un producto fundamental que por siglos se comercializó y se utilizó para teñir textiles.
Hoy en día, y de acuerdo con información de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, México ocupó el doceavo lugar en la producción de café a nivel mundial en 2017, aportando 1.6% de esta. Sobresalen tres entidades: Chiapas, Veracruz y Oaxaca quienes concentran alrededor del 82% de la producción nacional, mientras que el 18% restante, es aportado por las entidades de Puebla, Guerrero, Hidalgo, Nayarit y San Luis Potosí, principalmente.
Finalmente, como se mencionó, después de más de 270 años de la llegada del café a México, existen agricultores y empresarios que participan arduamente en la producción y comercialización de este producto para que los asiduos del café podamos disfrutar de una taza de este manjar.